Wednesday, June 30, 2010

yes glee flash mob Tel Aviv

El coste de una Vivienda para el Propietario. Crisis Inmobiliaria

El coste de una Vivienda para el Propietario. Crisis Inmobiliaria: "A mi personalmente me gusta mucho la forma en la que los americanos tienen de ver y evaluar algunas cuestiones en la vida, aunque sin duda no cambio mi pais por nada del mundo, pero seria de necios el no reconocer el pragmatismo con el que abordan sobre todo los problemas, no como ocurre por aqui donde parece que nos mantenemos al margen de la realidad cuando esta alrededor nuestro desprende un olor putrefacto.

Vaya por delante esta pequeña reflexión para ver un poco la situación inmobiliaria de este país y mas que centrarnos sobre esto que si es importante a nosotros nos pilla un poco lejos sobre todo traigo una imagen que por si lo dice todo y la forma en la que analizan un sector como el inmobiliario de una forma racional, no como ocurre en nuestro país donde todavía hay gente que piensa que las viviendas no bajan de precio y están dispuestos a pagar cualquier precio por la vivienda sin plantearse los motivos que te mueven a la compra y mucho menos las razones que lo justifican.

Este es un asunto que he abordado en algún que otro post y para mi resulta incomprensible, y es que la vivienda como cualquier otro activo solo hay dos formas de verla: o como una inversión dispuesta para la venta o como un bien para el disfrute personal.

-Si estamos hablando de un bien destinado a la inversión, lo único que tenemos que analizar es la rentabilidad que se le puede obtener introduciendo en el modelo las rentas del alquiler, y el precio estimado de venta después de una serie de años y ver la TIR que se obtiene. Si utilizamos este modelo de valoración la mayoría de inmuebles como inversión no alcanzarían una TIR ni del 3 %. De hecho en mi zona es bastante complicado comprar una vivienda hoy en día por menos de 120.000 Euros para obtener una rentabilidad al final del 7 % seguramente necesitas cobrar un alquiler de casi 900-1.000 Euros al año y actualmente en la zona es complicado alquiler por importes superiores a 450 Euros, con esto lo digo todo y ¿ como no bajan los alquileres ?

-La segunda opción es comprar para disfrute personal con lo que se puede aceptar que el análisis vía TIR lo dejemos un poco al margen, pero habrá que saber si se compra caro o barato. Para ello habrá que tener en cuenta una medida de valor que es el precio divido por los ingresos familiares. Este ratio en España durante año 2.007 ha llegado a una cifra de 7 y actualmente se encuentra aproximadamente en 6,3 , pero es que la media quizás se encuentre en los entornos de 4,5 veces.



Estas medidas son las que deben de mover el mercado y como botón de muestra ponemos el mercado inmobiliario americano donde a través de esta imagen podemos ver que el precio de las viviendas durante los últimos tres años han bajado un promedio de un 30 %, el Per de la vivienda al que antes hemos hecho referencia se encuentra en 3,6 cuando el promedio es de 3-3,25 veces los ingresos familiares y gracias a la bajada de los intereses el servicio de la deuda representa tan solo un 18 % de los ingresos familiares promedio -el nivel mas bajo de los últimos 25 años-.

¿Esto que significa? Pues que el pragmatismo americano ha llevado a que el mercado inmobiliario se haya regulado de tal forma que se encuentran en un buen punto de partida para la recuperación mientras que aquí todavía andamos como remiendos.
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Hipódromo de La Zarzuela. Madrid

Hipódromo de La Zarzuela. Madrid: "
Imagen: Montse Garcés



Muchas son las ocasiones en las que planeamos irnos a otros lugares a ver arquitectura singular…y otras muchas veces no nos damos cuenta de que lo singular está más cerca de lo que creemos, les hago una recomendación de visita de uno de los claros ejemplos de ello, es el edificio del hipódromo de La Zarzuela, Premio Nacional de Arquitectura y cuya marquesina fue declarada Bien de Interés Cultural, se empezó a construir en 1935 pero no se inauguró hasta mayo de 1941, debido a la Guerra Civil, aunque la obra ya estaba prácticamente terminada el 18 de julio de 1936. Vino a sustituir al antiguo hipódromo de La Castellana y en el concurso se dieron cita nueve proyectos, resultando ganador el firmado por los arquitectos Arniches y Domínguez y por el ingeniero Eduardo Torroja.


Esta obra, que entonces supuso una auténtica innovación en los sistemas de construcción, conserva actualmente su estructura tal y como se proyectó, después de ser reparada de los impactos que sufrió durante la guerra civil española. Todavía hoy sigue siendo visitada por especialistas nacionales y extranjeros para estudiar su solución estructural.






Imagen: Montse Garcés


El Hipódromo es de una belleza singular destacando la construcción de las viseras de las tribunas, un espléndido, novedoso y muy premiado proyecto del ingeniero de Caminos Torroja, responsable de la realización de importantes edificios civiles en los años treinta y especialista en el estudio de nuevos materiales de gran resistencia, especialmente el hormigón armado.



La principal novedad de ese proyecto fue la cubierta de la tribuna, hecha con láminas de hormigón armado en forma de hiperboloides, que con sólo 5 cm. de espesor en el extremo de los voladizos soportan todos los esfuerzos sin nervios ni refuerzos, simplemente con un anclaje posterior de tirantes, separados por cinco metros. La marquesina laminar vuela casi 13 metros. Esta tipología de construcción la estudió y desarrolló Torroja en profundidad, con el descubrimiento de la metodología constructiva de las “cáscaras”, un sistema que permite realizar grandes superficies con un mínimo de espesor requerida, gracias al funcionamiento de los empujes en la misma.



Imagen: Montse Garcés


El graderio de los espectadores se sustenta en su parte superior en un soporte vertical principal y en su interior en otro soporte de gran rigidez. La posición de éste viene obligada por la necesidad funcional de alojar bajo la grada una galería con salida directa a la pista. Volada sobre ménsulas que salen del soporte principal, bajo la galería delantera, se dispuso una galería de servicio no abierta al público.



+Inf



Para los muy expertos es interesante reseñar las palabras del propio Torroja que definía su propia obra de la siguiente manera en la revista de Obras Públicas de junio de 1941: “Algunos me han preguntado cómo nacieron las cubiertas laminares del Hipódromo de Madrid. Y bien, ellas no son, ni la obra de un genio, ni el resultado de una idea maravillosa o de una momentánea inspiración, son simplemente el resultado de un estudio de la evolución anterior de las formas del hormigón armado”. A lo que añadía: “para un ojo medianamente acostumbrado a este tipo de estructuras resultaba claro que esta forma de lámina era apta para resistir bien los esfuerzos y el fenómeno estructural que se le pedía (…) quizás lo más interesante de esta estructura era la imposibilidad de desarrollar un cálculo analítico perfecto de la misma, pero que ello no justificaba una negativa a su empleo, ya que las ventajas de ligereza, de adaptabilidad al fenómeno resistente y de efecto estético parecían evidentes.”


Les dejo un vídeo en el que se desarrolla , y explican los cuidados que hoy por hoy, hacen en él para poder rehabilitarlo con mimoserio.







Algunas fotos de la rehabilitación



Imagen: Montse Garcés


Imagen: Montse Garcés




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Bruce Lee plays ping pong with nunchucks

Bruce Lee plays ping pong with nunchucks: "







Submitted by: bennybb

Posted at: 2010-06-24 20:29:12

See full post and comment: http://9gag.com/gag/27289

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Ha mort Paul Malliavin

Ha mort Paul Malliavin: "

Fotografia: Oberwolfach Photo Collection


El dia 3 de juny, coincidint amb Vladimir I. Arnold, moria també a París el matemàtic Paul Malliavin, professor emèrit de la Universitat Pierre i Marie Curie i membre de l’Acadèmia de Ciències francesa des de 1979.


Malliavin va ser un dels matemàtics més fecunds del segle passat. De jove va freqüentar figures com Arnaud Denjoy, Elie Cartan i Laurent Schwartz, que li van causar una gran influència. Szolem Mandelbrojt li va dirigir la tesi, que va llegir el 1954. El reconeixement internacional li va arribar l’any 1959 en resoldre un problema d’anàlisi harmònica plantejat per Beurling i Gelfand a finals dels anys 30.


La seva recerca es va centrar en l’anàlisi harmònica, el càlcul de probabilitats, les funcions de variables complexes i la teoria de l’aproximació.


Més informació:




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Filed under: Matemàtics Tagged: Paul Malliavin "

Llenando copas hasta la mitad.

Llenando copas hasta la mitad.: "Para muchas personas está claro, si queremos llenar la mitad de capacidad de una copa debemos llenar la mitad de contenido, y si en vez de la mitad queremos llenar la tercera o cuarta parte lo mismo deberemos llenar la tercera o cuarta parte de contenido. Es tan simple como una regla de tres pensarán.

Pero nada más lejos de la realidad, el problema de llenar una copa hasta la mitad no es tan fácil como parece en un principio. Esto tan sólo funciona si la copa es un tubo cilíndrico, en ese caso la altura a la que debemos llenar la copa para tener la mitad de volumen es exactamente la mitad del total.
Pero si la copa tiene forma de cono el problema no es tan fácil porque la altura depende de las raíces cúbicas (madre mía, que pintan esas raíces aquí pensarían muchos), y si llenamos la copa hasta la mitad de altura tan sólo beberemos la octava parte de su volumen.

La explicación de esto viene de jugar con la semejanza de triángulos y con la fórmula del volumen del cono:
La fórmula que nos da el volumen de un cono de altura H y radio R es :
Usando la semejanza de triángulos tenemos que:

De donde el volumen del cono de una altura 'h' queda usando la relación que se obtiene de la figura anterior: Y para que el volumen de este cono sea exactamente la mitad del inicial igualamos:
Y de aquí se deduce despejando r que:


Por tanto como conclusión de todo lo anterior se obtiene que para tener la copa medio llena debemos llenarla aproximadamente un 80% de la altura inicial. Igualmente si queremos llenar la copa un tercio de su volumen deberemos llenar hasta una altura del 70% y del 63% para la cuarta parte.
Mucho de lo aquí escrito está sacado del libro 'Matemáticas de la vida misma' escrito por Fernando Corbalán.
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Sunday, June 27, 2010

Ways that urbanites can turn their waste into compost

Ways that urbanites can turn their waste into compost

Los 37 minutos que salvaron al mundo

Los 37 minutos que salvaron al mundo: "

“Cuenta hasta 100 antes de decir o hacer algo”


Es un consejo que todos, alguna vez, hemos recibido y, además, es muy sensato. Por el resultado final, parece que los rusos son fieles seguidores de esta reflexión. Los 37 minutos que salvaron el mundo se dividen en dos secuencias:



  • 20 minutos: Casi una cuarta parte de un partido de fútbol, dos cuartos de uno de baloncesto, 1/3 de una hora… parece poco pero es el tiempo que tarda un misil balístico intercontinental estadounidense lanzado desde la base de Malmstrom (Montana, EEUU) en alcanzar suelo ruso. A las 00.14 del día 26 de setiembre de 1983, los satélites soviéticos detectaron el lanzamiento de 5, supuestos, misiles balísticos americanos. Stanislav Petrov, teniente coronel del ejército soviético, era el responsable de activar el protocolo de seguridad (“simplemente” lanzar sus misiles, Guerra Nuclear) y pensó, gracias a Dios, que no podía ser…

    La gente no empieza una guerra nuclear con sólo cinco misiles


    El llamado incidente del equinoccio de otoño fue provocado por una conjunción de fenómenos astronómicos entre la Tierra, el Sol, los satélites y el equinoccio de otoño, cuyo resultado fue una serie de señales térmicas que en los radares parecían misiles. Su “paciencia” y “buen hacer” salvaron el mundo de la ¿última guerra?. El gobierno soviético lo amonestó y degradó. Para saber qué fue de Stanislav Petrov podéis leerlo en cabovolo.



  • 17 minutos: Este es el tiempo duró el mensaje televisado de J.F. Kennedy, el 22 de octubre de 1962, en el que anunciaba el bloqueo naval de Cuba para impedir que los soviéticos siguiesen instalando misiles nucleares en la isla. La respuesta de Nikita Kruschev, el 24 de octubre, no dejaba lugar a dudas:

    …la URSS ve el bloqueo como una agresión y no desviará los barcos


    El mundo temblaba pero llegado el momento los rusos, lo pensaron mejor, y cedieron. Desde aquel momento se creó el teléfono rojo entre EEUU y la URSS.



Espero que esta reflexión siga siendo una máxima para las autoridades en cualquier ámbito de actuación.


Los 37 minutos que salvaron al mundo escrito por Javier Sanz en: Historias de la Historia




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Saturday, June 26, 2010

Friends of Israel Initiative

Stand for Israel, Stand for the West


The Friends of Israel have joined together in a new international initiative on the basis of the following convictions: 

1. Israel is a Western country. With a liberal democratic political system operating under the rule of law, a flourishing market economy producing technological innovation to the benefit of the wider world, and a population as educated and cultured as anywhere in Europe or North America Israel is a normal Western country with a right to be treated as such in the community of nations. 

2. Israel´s right to exist should not be questioned. In the face of a uniquely campaign of deligitimation, we remind all people of goodwill of the true historical context in which the State of Israel was re-established following United Nations Resolution 181 in 1947. We state emphatically that that decision to recognize the right of the Jewish people to national self-determination was not merely a gesture of compassion following the horrors that had befallen the Jewish people during the Holocaust. It was, above all, a recognition of the right of the Jewish people to establish a sovereign state on land in which they have had an enduring presence and to which they have had a historical claim for thousands of years. 

3. Israel, as a sovereign country, has the right to self-defense. Israel is indeed a normal Western country, but it is one which faces unique threats and challenges. Israel is the only state in the world forced to fight one war after another to secure its very existence. Confronting some of the most violent and well equipped terrorist groups in the world it is also the only country whose right to self-defense is consistently and widely questioned. Today, Israel has been forced to fight on two fronts: one to defend its borders and another to defend its legitimacy. We stand with Israel, and demand that it be accorded the same legitimacy and the same right to defend itself as any other Western country. Human rights statutes designed to defend the dignity of people everywhere, laws on universal jurisdiction intended to be used against criminals and tyrants and international bodies established to secure justice, have been subverted, their guiding principles stood on their head, to wage war against Israeli democracy. The campaign against Israel is corroding the international system from within. 

4. Israel is on our side. With this in mind, we must be clear in recognizing that Israel’s fight is our fight. Western democracy will not prevail unless we recognize and assume the Judeo-Christian cultural and moral heritage which first gave rise to those institutions and the values which initially inspired them, and strengthen them. The assault on Israel is itself an assault on Judeo-Christian values. Israel stands on the front line, but we are next in line. If Israel’s right to self defense is questioned in the Middle East, our right to self-defense will be questioned when fighting similar terrorist enemies in Afghanistan, and at home. If principles of human rights and universal jurisdiction are to be turned into weapons against Israeli democracy, what makes us so sure they will not one day be used against European and North American democracy? Israel’s future is our fate. 

5. We believe in peace, but peace in the Middle East is not just about Israel and the Palestinians. The aspiration for an enduring peace in the Middle East is a noble one, and it is one we share. But outsiders, helpful as they can sometimes be, can only achieve so much. The parties involved should know how to reach a satisfactory solution themselves. Attempts to impose solutions from the outside will fail. The key to ending this conflict is for the Palestinian side to unequivocally recognize Israel as the legitimate national homeland of the Jewish people. Once that step has been taken, good faith negotiations have a chance of achieving success. 

6. We share the same threats and challenges. There are two related threats which also imperil the region, and the wider world: the spread of Islamic fundamentalism and jihadism; and the prospect of a nuclear Iran. These threats are as existential for the state of Israel as for the rest of us: the jihad knows no boundaries and a nuclear Iran represents a strategic revolution of global dimensions. Israel cannot and should not face those threats alone. For the global jihad, Israel may be the first objective. But it will not be the last. 

7. Believing that the continuous deligitimation of Israel has a great deal of responsibility in raising an aggressive and dangerous anti-semitism, in a spirit of solidarity with the State of Israel, and in recognition that we, the Western nations, must stand together lest we fall together, we therefore launch the
 Friends of Israel Initiative to do the following:

a) To combat the deligitimization of the State of Israel at home, abroad and inside the institutions of the international community.
 

b) To publicly show our solidarity with Israel’s democratic institutions – the legitimate expression of the Jewish people’s millennial aspiration to live in peace and freedom in its national homeland.
 

c) To support Israel’s inalienable right to secure borders unmolested by terrorists or tyrannical regimes so that its citizens can continue living with the same guarantees that our own societies enjoy.
 

d) To consistently and firmly oppose the prospect of a nuclear armed Iran.
 

e) To work to ensure that Israel is fully accepted as a normal Western country, an essential and indivisible part of the Western world to which we belong.
 

f) To reaffirm the value of the religious, moral, and cultural Judeo-Christian heritage as the main source of the liberal and democratic Western societies.
 

These convictions inspire this Friends of Israel Initiative. We invite all men and women of goodwill to join us.
 

Carta abierta a un amigo de Israel: Gallardón

Carta abierta a un amigo de Israel: Gallardón

«Vendería mi alma por que el extremeño cambiara su idiosincrasia»

«Vendería mi alma por que el extremeño cambiara su idiosincrasia»: "Lleva 40 años en Madrid, donde es una referencia para todos los extremeños de la emigración y donde ha «echado una mano» a decenas de paisanos. Bibliófilo desde hace décadas, guarda en su casa de Cañaveral una de las bibliotecas sobre autores de Extremadura más completas de la región."

Friday, June 25, 2010

Vertido de BP en el Golfo de Méjico. Parodia

Cumpleaños de Antonio Gaudí i Cornet


"El templo de la Sagrada Familia es expiatorio.
Eso quiere decir que ha de nutrirse de sacrificios"

"Los santos reciben la fuerza (Gracia de Dios) por su voluntad"

A. Gaudí


"El Templo de la Sagrada Familia será uno de los más elegantes de la Cristiandad"

Torras i Bages





Foto de Bernard Gagnon con licencia de documentación libre de GNU (GNU Free Documentation License o GFDL)






Hoy día de San Guillermo, confesor y peregrino, celebramos el cumpleaños de Antoni Gaudí i Cornet. Se piensa que Gaudí nació en Riudoms, en el Mas de la Calderera, el 25 de junio de 1852, o en Reus, ya que el mismo mantuvo cualquiera de los dos municipios como patria chica. Sin embargo la partida de bautismo se encuentra en la Iglesia parroquial de San Pedro de Reus, (26 de junio de 1852). 

Nació débil y fue bautizado al día siguiente. Con su natural apego siempre defendió el esfuerzo y la lucha por la vida. Padeció de fiebres reumáticas que la mantuvieron apartado de la escuela, y tal vez por su carácter tímido e introvertido fue un intérprete de la naturaleza y sus formas, cuestión que será una constante en su obra hasta límites insospechados.

Así la organización en sus estrucuturas de las cargas funiculares se efectúa en completa analogía a como funciona la naturaleza, siendo la forma más lógica de asumirla y utilizando el arco parabólico como el más cercano a la transmisión de las cargas.

Ahora está por ver que ocurrirá con el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, pues las obras inmediatas del AVE ya han originado grietas en la estructura mecánica arborescente más grande jamás construída, donde Gaudí con un manejo insólito de la estática gráfica ya previó que ni las catedrales se libran de los bombardeos, como ya ocurriera en la II Guerra Mundial.

Ésas tenemos.

Thursday, June 24, 2010

Viruela: cuando la mano del Hombre fue más poderosa que el puño de Dios.

Viruela: cuando la mano del Hombre fue más poderosa que el puño de Dios.: "
La viruela se nos comió por las patas arriba durante milenios, causando millones de muertos y ciegos al año –sobre todo peques–,
hasta que una iniciativa internacional en el siglo XX logró erradicarla por completo de la faz de la Tierra
en una maravillosa demostración de lo que somos capaces de hacer cuando nos ponemos.

La viruela fue una enfermedad extremadamente infecciosa causada por el virus variola rex o poxvirus variolae. Aparentemente se trata de una de las muchas enfermedades vinculadas a la civilización, surgida hace unos 10.000 años entre las poblaciones sedentarizadas del noreste africano y notoriamente en el Egipto Antiguo: varias momias presentan claras marcas variólicas en su piel, algunas en fecha tan temprana como la XVIII Dinastía (1570 aC). Ramsés V (fallecido en 1157 aC) parece un colador.

La destructora de pequeños y grandes.

La primera epidemia conocida de viruela se produjo en torno al 1320 aC, durante las guerras entre el imperio hitita del rey Shubiluliuma I y el Egipto del faraón Ay. Los prisioneros egipcios contagiaron la enfermedad a los soldados y civiles hititas, que pronto se transformó en una gigantesca mortandad, extendiéndose por todas partes como una maldición divina. El propio Shubiluliuma I pereció, junto a su hijo y sucesor Arnuanda II.

Durante el primer milenio aC los comerciantes egipcios y levantinos transportaron la enfermedad a tierras remotas y muy especialmente a la India, donde se transformó en un incesante flagelo a lo largo de los siguientes tres mil años. Pero también se extendía por Europa sin ningún problema. Fue durante la epidemia del 430 aC en Atenas cuando Tucídides observó por primera vez conocida que quienes sobrevivían a la enfermedad ya no volvían a padecerla: el primer indicio de la teoría de la inmunidad.

Pero no les sirvió de gran cosa. La viruela siguió cargándose a millones de personas por todas partes y dejando ciegos a otros muchos más. Entre el 165 y el 180 dC, la peste antonina (o peste de Galeno) causaba grandes daños al ejército y el imperio romanos; se cree que hasta dos emperadores pudieron fallecer por esta causa. Mató a entre tres y siete millones de personas y diversos autores la consideran un paso de gigante en la decadencia del Imperio. Durante otra epidemia, en el 540, el obispo Marius de Avenches la bautizó como viruela (que puede venir del latín varius, 'manchado', o varus, 'pústula'). En el 754 golpeaba con dureza en Oriente, llevándose también por medio al primer califa abásida, Abu As-Saffah. En torno al 950, el gran científico persa Abu Al-Razi realizaba la primera descripción exhaustiva de la enfermedad.

Tampoco sirvió de mucho. La expansión de los imperios árabes, las Cruzadas y la conquista de América continuaron propagando la viruela. En 1368, por ejemplo, liquidaba también al rey Thadominbya de Birmania. Pero en el caso americano, los efectos fueron pavorosos a partir de inicios del siglo XVI: la población nativa nunca había estado expuesta a la enfermedad y carecía por completo de defensas. En México, el resultado fue sobrecogedor: cuando los españoles llegamos en 1517, había entre seis y veinticinco millones de aztecas, según las distintas estimaciones. Un siglo después, apenas quedaba poco más de millón y medio. La viruela se llevó a todos los demás como un viento maléfico, incluyendo al tlatoani Cuitláhuac, lo que permitió a Hernán Cortés conquistar Mesoamérica con facilidad.

A este lado del Charco, la viruela siguió haciendo de las suyas con el mismo afán que siempre. Sigamos con los monarcas, para hacernos una idea: el Rey de Siam Boramaraja IV en 1534; el Rey y la Reina de los Kandy de Ceilán y todos sus hijos en 1582; el Príncipe Baltasar Carlos, heredero al trono de España, en 1646; Guillermo II de Orange y su esposa Enriqueta Estuardo en 1650; Go-Komyo, Emperador de Japón, en 1654; el emperador Shunzhi de China en 1661; la Reina María II de Inglaterra en 1694; Nagassi de Etiopía, en 1700; Higashiyama de Japón en 1709; el Sacro Emperador Romano Germánico José I en 1711; Luis I de España en 1724; el zar Pedro II de Rusia en 1730; Ulrika Leonor de Suecia, en 1741 o Luis XV de Francia en 1774. Durante el siglo XVIII, cuatro monarcas reinantes europeos murieron de la enfermedad y la línea de sucesión al trono de los Habsburgo cambió cuatro veces en cuatro generaciones a causa de la muerte de los príncipes herederos. Es por esta capacidad de ventilarse reyes y emperadores al igual que plebeyos y bebés que recibió también el nombre de Variola Rex. Entre otros personajes notables que contrajeron esta enfermedad pero sobrevivieron se encuentran ni más ni menos que George Washington, Abraham Lincoln, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven o José Stalin. Y hasta Lucky Luciano.

El más terrible ministro de la muerte.

Pero todos estos nombres tan rimbombantes no pueden hacernos olvidar que la viruela se comía a todo el mundo, en masa. A finales del siglo XVIII, sólo en Europa, perecían unas 400.000 personas al año y un tercio de los supervivientes se quedaban ciegos debido a las úlceras en las córneas. De la gente que desarrollaba el mal, morían entre el 20% y el 60% (y hasta el 80% de los niños en Londres o el 98% en Berlín).

La viruela se cebaba sobre todo en la gente pequeña, que aún no habían desarrollado defensas; probablemente haya sido el mayor matador de niños de toda la historia de la humanidad. Era algo que había que pasar, como las paperas o el sarampión... pero con una tasa de mortalidad y ceguera mucho mayor, por no mencionar las marcas desfigurantes en la cara y el cuerpo. En la India, a los niños no se les ponía nombre hasta que no la habían superado y en Europa, el Conde de la Condamine aseguraba que 'ningún hombre osa contar a un hijo como suyo hasta que no ha pasado la enfermedad'. Por todos estos motivos, el historiador Thomas B. Macaulay la describió así:
'La viruela estaba siempre presente, llenando de cadáveres los cementerios, atormentando con los temores constantes a todos los que había golpeado, dejando a aquellos cuyas vidas perdonó las huellas espantosas de su poder, convirtiendo al niño en un monstruo ante el que la madre se estremecía, tornando los ojos y las mejillas de las muchachas adorables en objetos de horror para sus amantes [...] [Fue] el más terrible de todos los ministros de la muerte...'
La viruela se presenta en dos formas, una leve y una grave. La leve, variola minor o alastrim apenas tiene un 1% de mortalidad; pero la grave o variola major alcanza un 30% de fallecimientos en adultos y un 50% en niños (más en algunas variantes); aparentemente se trata de dos cepas distintas del mismo virus. Se trata de un orthopoxvirus de ADN, seguramente evolucionado a partir de enfermedades de los roedores, con forma más o menos rectangular y aproximadamente un tercio de milésima de milímetro de tamaño. Es muy complejo, con más de cien proteinas para actuar, incluyendo algunas que no posee ningún otro virus de ADN; tanto el virus envuelto como los viriones son infecciosos. Ambas formas se contagian por vía aérea, hasta una distancia de unos dos metros, aunque también puede hacerlo por contacto con fluídos corporales u objetos infectados (como las ropas). El virus es capaz de atravesar también la barrera placentaria y pasar al feto, aunque el contagio congénito resulta raro: la transmisión más común es aérea y la infección inicial suele ser, por tanto, nasofaríngea o bucal.

Desde ahí, a través de los pulmones, la viruela se extiende por todo el cuerpo; aunque prefiere ubicarse en la piel. Durante unos días la infección va pasando lentamente de célula a célula. Este virus resulta también único porque es el único de ADN que se reproduce en el citoplasma en vez de en el núcleo celular. Este periodo de incubación dura de doce a catorce días, no presenta síntomas y el paciente no es contagioso.

Pero entonces las células donde ha estado reproduciéndose comienzan a reventar, liberando miles de millones de nuevos virus, y la enfermedad empieza a manifestarse. Se produce así un periodo prodrómico de dos a cuatro días durante el que surgen síntomas confusos, como fiebre muy alta (más de 38,8ºC), agotamiento, malestar general y dolores de cabeza y espalda. En esta fase, la persona infectada es moderadamente contagiosa.

Es a partir de ese momento cuando surge la erupción (aunque en algunos casos raros no llega a producirse; estos casos eran siempre mortales de necesidad), normalmente empezando por la boca y el paladar y extendiéndose rápidamente a todo el cuerpo. Esta erupción adquiere la forma de una miríada de manchas, llamadas máculas, que dan a la enfermedad ese aspecto característico (y dejan esas marcas terribles). Estas máculas se manifiestan sobre todo en la cara, la cabeza y en las partes distales de los miembros, aunque también aparecen unas cuantas en el resto del cuerpo. Durante esta fase, la persona infectada es extremadamente contagiosa.

La viruela grave cursa en cuatro variedades distintas, y no se comprende bien el mecanismo por el que un paciente sufre una u otra. Estas variedades son:
  • Ordinaria (más del 90% de los casos). Al segundo día de la erupción, las manchas se elevan y van convirtiendo en profundas pústulas que dan a la enfermedad su aspecto característico (y que luego dejarán las marcas). Como hay tantas, a veces llegan a unirse entre sí y separar la piel de la carne que hay debajo: esto se llama erupción confluyente. Diez días después de la erupción, estas pústulas maduran y van reventando, liberando un líquido opalescente que parece pus pero no lo es. A las dos semanas, se han convertido en costras y comienzan a caerse; si el paciente ha sobrevivido hasta entonces, se le puede considerar curado y no infeccioso en el momento en que desaparece la última. Históricamente, la viruela ordinaria tenía una tasa de mortalidad del 30% y, si la erupción llegaba a ser confluyente, hasta del 62%.
  • Modificada, muy rara y benigna, que ocurre ocasionalmente en algunas personas ya vacunadas. Suele confundirse con la varicela y rara vez resulta mortal.
  • Maligna, en un poco más del 5% de los casos y aproximadamente el 72% se da en niños. En la viruela maligna las pústulas no se elevan y en vez de eso permanecen a ras de piel, con muy poco líquido en su interior y a veces sangre. Tradicionalmente se decía que la enfermedad no revienta, la enfermedad se queda dentro del cuerpo. Aparecen síntomas severos de sepsis. La viruela maligna es casi siempre mortal.
  • Hemorrágica o viruela negra, en aproximadamente el 2% de los casos. Más común en adultos, se caracteriza porque se desarrollan hemorragias subcutáneas severas con aspecto negruzco (y en las membranas mucosas o el sistema gastrointestinal). No aparecen pústulas; en vez de eso, la piel aparece como quemada. Su tasa de mortalidad es también próxima al 100%.

No se conoce ningún tratamiento eficaz contra la viruela una vez iniciada la infección; todas las medidas posibles son preventivas. En la actualidad, sería posible intentarlo con antivirales como el cidofovir. Por motivos obvios el virus de la viruela se halla sometido según la normativa actual al nivel de bioseguridad 4, el más alto del todos, junto a cosas como el ébola, la fiebre de Lassa o la fiebre hemorrágica congo-crimeana.


El antiguo arte de la variolación.

Se discute si fue primero en la India o en China, pero alguien tuvo que observar lo mismo que el griego Tucídides: si logras sobrevivir a la viruela, ya no la vuelves a sufrir. Este brillante desconocido alcanzó además una conclusión: cuando una persona se exponía a una infección moderada de la enfermedad, que no llegara a matarla ni dejarla ciega, entonces quedaba protegida a partir de ese instante.

Y, por primera vez en la historia de la humanidad, eso que sirvió para algo. A partir de aproximadamente el año 1000 dC, surgen en Asia diversas técnicas de variolación o inoculación. A primitivo caballo entre la religión, la ciencia y el arte, numerosos protomédicos asiáticos de la Antigüedad comenzaron a exponer a la gente a formas ablandadas de viruela en la esperanza de que esto impidiera su desarrollo en el futuro.

Parece que la primera vez que aparece una referencia escrita sobre esta técnica es en el Madhava Nidana, un libro del siglo VIII dC escrito en sánscrito. Aunque generalmente se considera una expresión de la medicina ayurvédica, el capítulo dedicado a la viruela hace menos hincapié en los holismos y refleja como mínimo una remota comprensión de los fundamentos de la teoría microbiana de la enfermedad. Al parecer, la técnica consistía en raspar las pústulas secas de las víctimas de la viruela y dejarlas secar un año en lugar fresco y seco, para luego pulverizarlas e inoculárselas a niños y grandes a través de pequeños cortes o –en el caso chino– haciéndoselas esnifar por la nariz.

Esta variolación o inoculación resultaba extremadamente peligrosa, pues no tenían ninguna manera de controlar la virulencia del material y lo mismo podía resultar ineficaz por completo que provocar una viruela maligna. No era aquella época de estadísticas o ensayos doble ciego, pero la técnica fue extendiéndose por toda Asia y... funcionaba, al menos en parte. Era una ruleta rusa y, sin embargo, salvaba más vidas de las que terminaba. Con el paso del tiempo, fue perfeccionándose cada vez más. A partir del siglo XVIII, algunos médicos europeos que se movían por allá comenzaron a escribir a sus Colegios Profesionales dando a conocer este procedimiento oriental contra la enfermedad espantosa que en Occidente seguía ventilándose tanto a las cabezas coronadas como al más humilde bebé.

La feminista aventurera, el pastor puritano, el médico valiente y el racionalista ilustrado.

Lady Mary Montagu, una aristócrata británica casada con el embajador de este país ante el Imperio Otomano, fue un personaje aventurero y singular. Se la conoce por su literatura epistolar, por sus viajes y por sus vínculos con el feminismo temprano, pero su mayor legado a la humanidad apenas se recuerda. Lady Montagu había pasado la viruela, como tantos, y le quedaron secuelas: marcas en la piel que destrozaron su otrora famosa belleza, así como una dolorosa enfermedad cutánea. Uno de sus hermanos murió por la misma razón.

Mientras residía con su esposo el embajador en Constantinopla, Lady Montagu observó a los doctores turcos practicando la inoculación sobre la gente de allí. Decidida a evitar que su propia descendencia contrajese la enfermedad, pidió al médico de la embajada que variolase a su hijo de cinco años en 1718. En 1721, al regresar a Inglaterra, hizo lo propio con su hija de cuatro. Ninguno de los dos pequeños contrajo la viruela.

Como consecuencia, Lady Montagu comenzó a hablarle de esta nueva-vieja técnica a todo el mundo y a fomentarla en el Reino Unido. El médico del Rey, Sir Hans Sloane, se interesó muchísimo y llegó a un acuerdo con seis condenados a muerte que esperaban a la horca en una prisión: su libertad a cambio de dejarse inocular y luego exponerse a la viruela. Numerosos doctores asistieron al experimento, que fue un éxito: los seis sobrevivieron. En 1722, las hijas del Príncipe de Gales eran inoculadas también.

Resulta curioso que el procedimiento llegara a Norteamérica por una vía distinta en estas mismas fechas. En 1706, un esclavo negro de origen sudanés bautizado como Onésimo contó al influyente pastor puritano Cotton Mather la manera como había sido inoculado por su gente en África, cuando era niño (y libre). La viruela representaba un grave problema en Norteamérica, no sólo entre las poblaciones nativas –a las que había barrido, a veces accidentalmente y otras deliberadamente mediante la difusión de ropas infectadas– sino también entre los colonos europeos. Mather se quedó con la idea y leyó referencias de la práctica en textos igualmente procedentes de Constantinopla.

En 1721 –el mismo año en que Lady Montagu inoculaba a su hija pequeña– se declaró una grave epidemia de viruela en Boston. El pastor Mather presionó a los médicos locales para que intentaran la variolación, pero no le hicieron mucho caso; por su parte, el resto de religiosos pusieron el grito en el cielo contra semejante resistencia a la voluntad de Dios. Finalmente, un doctor llamado Zabdiel Boyston accedió a inocular a su propio hijo y a dos de sus esclavos siguiendo el método africano de Onésimo. Funcionó.

Entonces Boyston aplicó la técnica a otras 242 personas, de las cuales perecieron seis: aproximadamente el 2%. En cambio, de las 6.000 personas que habían resultado infectadas en el mismo periodo por la vía natural, murieron en torno a mil: el 14%. No se lo agradecieron, y el doctor Boyston no sólo sufrió violencia por este hecho sino que además lo hicieron detener; sólo quedaría en libertad bajo la promesa de no hacerlo otra vez sin permiso gubernativo. Por su parte, el pastor Mather fue víctima de furiosas invectivas a manos de sus colegas puritanos.

Pero la técnica siguió extendiéndose por su evidente eficacia. En Francia, el racionalista ilustrado Voltaire escribió ridiculizando la resistencia de sus compatriotas a ser inoculados (según sus cifras, el 60% de la población contraía la enfermedad tanto en su variante mayor como menor, y el 20% perecía). Los textos de Voltaire eran ya muy influyentes y, a lo largo del siglo XVIII, muchos padres por toda Europa empezaron a variolar a sus hijos. Y, por primera vez, el más terrible ministro de la muerte comenzó a retroceder.

Edward Jenner y la vacuna original.

Sin embargo, la inoculación seguía siendo muy peligrosa. Es complicado llevar a tus hijos a variolar sabiendo que uno de cada cincuenta no sobrevivirá al procedimiento (a veces, uno de cada treinta). Resulta sin duda mejor que terminar perdiendo a uno de cada cinco o diez según temporadas, claro, pero aún así no deja de ser una experiencia angustiosa y terrible. Sí, el pasado era una mierda.

Es aquí cuando entra en la historia un científico inglés llamado Edward Jenner. Jenner era un médico rural, vinculado a la Ilustración. Tratando pacientes en el agro, observó algo que ya había constatado algún otro antes que él: las muchachas que se dedicaban a ordeñar a las vacas solían contraer la llamada viruela bovina –una enfermedad cutánea relativamente leve en humanos–, pero rara vez sufrían la viruela de verdad.

Jenner dedujo acertadamente que el contacto con el microorganismo de la viruela bovina inoculaba a estas chicas contra la viruela hardcore. Y decidió experimentar. Su primera víctima, quiero decir, paciente fue un niño de ocho años llamado James Phipps: el hijo de su jardinero. Jenner tomó algo de pus de las ampollas que tenía en las manos una de estas muchachas y se lo inyectó al chaval en ambos brazos, siendo el año de 1796. Eso le produjo algo de fiebre y malestar, pero nada más. Entonces el médico procedió a practicarle una inoculación tradicional: el chico no presentó ninguna reacción, a diferencia de lo que solía ocurrir (incluso cuando la variolación funcionaba, la persona inoculada manifestaba síntomas de viruela menor durante unos días). Jenner repitió la inoculación unas semanas después, con la misma ausencia de efectos.

Resulta que el virus causante de la viruela bovina es también un orthopoxvirus estrechamente emparentado con el que ocasiona la viruela humana, pero sólo provoca una fracción de sus efectos en las personas. Sin embargo, el contacto con el mismo causa inmunidad frente a casi toda la familia de orthopoxvirus, incluyendo el de la viruela humana. Por eso las chicas que ordeñaban el ganado nunca la sufrían, y este muchachuelo Phipps tampoco lo hizo.

Jenner llamó a su método vaccinia, por variola vaccinae, o sea la viruela de las vacas de donde sacó la idea y el material. Además, había demostrado que la vaccinia podía proceder directamente de humanos, no necesariamente del ganado. Acababa de nacer la primera vacuna. Vacuna, de vaca.

Primeras erradicaciones.

Fue un éxito monumental. Las personas inyectadas con vacuna no corrían grave peligro –a diferencia de lo que pasaba con la inoculación– y quedaban protegidas permanentemente contra la temible viruela; algunas veces llegaba a declararse la enfermedad, aunque siempre en su forma leve. La eficacia llegó al 95%, con apenas dos casos por millón de efectos secundarios mortales. Inevitablemente surgieron los de siempre, pero la eficacia de la vacuna antivariólica era tan extraordinaria que ninguna persona que aún recordase el horror precedente dejó de inmunizar a sus hijos.

Los estados tomaron cartas en el asunto y cada vez más países decretaron la vacunación obligatoria como materia de salud pública. Así, este antiguo espanto que había cegado y matado a nuestros hijos por millones desde los orígenes de la civilización comenzó a desaparecer de grandes extensiones del mundo. Siguiendo la estela de Jenner, pronto surgieron vacunas contra muchas viejas maldiciones más: el tifus, la rabia, la difteria, la tos ferina, la rubéola. Cosas que se nos comían por millones y que ya no lo hacen.

Pero la viruela, como causante de la mayor parte de la mortalidad infantil y de la ceguera históricas, seguía siendo el mayor enemigo a batir. Durante el siglo XIX, el virus de la viruela bovina utilizado por Jenner fue sustituido por una variante ligeramente distinta aunque aún más eficaz e inocua, llamado directamente vaccinia. Y el viejo enemigo se disipó en el viento, al menos en los países desarrollados. A mediados del siglo XX, tanto en Europa como en Norteamérica como en la URSS los casos de viruela eran ya marginales. En 1950, una campaña a gran escala desarrollada por la Organización Panamericana de la Salud erradicó por completo la enfermedad de este continente, salvo algunos casos residuales en cuatro países. Sin embargo, en otras naciones –sobre todo africanas y asiáticas– la viruela seguía constituyendo la misma maldición que siempre, a pesar de sus antiguas técnicas de inoculación. En pleno siglo XX, aún mató a entre trescientos y quinientos millones de personas, sobre todo niños.

En 1953, el primer director general de la Organización Mundial de la Salud propuso por primera vez a la 6ª asamblea general la posibilidad de erradicar la viruela del mundo entero. Sin embargo, tras extensos debates, la idea se consideró poco realista y la 8ª asamblea general de 1955 adoptó una resolución típicamente ambigua (WHA8.38) donde se pedía a todas las autoridades sanitarias que realizaran las campañas necesarias pero sin explicar cómo, dónde ni con qué medios. Faltaba un empujón. Un enorme empujón.

La enorme idea del viceministro Viktor Zhdanov.

Durante el periodo zarista, la viruela fue en el atrasado Imperio Ruso un constante manto de muerte y desolación. Tras la Revolución de 1917, diversas campañas de vacunación redujeron los casos a un mínimo, con tanto éxito que las autoridades soviéticas quedaron muy favorablemente impresionadas. Sin embargo, la URSS se enfrentaba a un constante riesgo de reinfecciones procedentes del Asia Central, sobre todo desde Afganistán e Irán.

Y es aquí donde nos encontramos con otro hombre notable: el Viceministro de Sanidad soviético Viktor Zhdanov, médico, antiguo director del Instituto Ivanovsky y miembro de la Academia de Ciencias de la URSS (no confundir con el corredor de maratón). Encargado de tratar con las enfermedades infecciosas en el mayor país del mundo, el doctor Zhdanov era sin duda alguien acostumbrado a pensar en grande. Y pensó muy grande, y muy bien.

En 1958, el doctor Zhdanov acudió a la 11ª Asamblea de la Organización Mundial de la Salud con una idea. Una idea enorme. Esta asamblea se celebraba en la ciudad norteamericana de Minneapolis y cuando Viktor Zhdanov subió a la tribuna de oradores, comenzó su discurso con las siguientes palabras:
'En 1806, el Presidente de los Estados Unidos Thomas Jefferson dijo en su carta a Jenner: 'es gracias a su descubrimiento que en el futuro los pueblos del mundo tendrán conocimiento de esta repulsiva enfermedad de la viruela sólo gracias a las tradiciones antiguas'. Hoy, ha llegado el día de dar cumplimiento a sus palabras.'

A lo largo de la siguiente hora, el doctor Zhdanov desgranó un sofisticado plan de alcance mundial para erradicar definitivamente la viruela del planeta Tierra durante los siguientes cinco años. El informe Zhdanov proponía una inmensa campaña de vacunación y revacunación por todo el globo, empezando por las regiones donde era endémica. Recomendó que esta campaña fuera obligatoria en todos los países, y sugirió usar un determinado tipo de vacuna. Apuntó que debía usarse algo parecido al sistema utilizado en el control de brotes virulentos, tratando al mundo entero como si todo él estuviera sufriendo uno de estos brotes virulentos. Aseguró el apoyo de la Unión Soviética a su propuesta. Y, para demostrarlo, puso encima de la mesa un equipo de casi mil médicos y los primeros veinticinco millones de dosis, más otros dos que aportaba Cuba.

A muchos delegados les pareció demasiado optimista, pero a otros tantos les pareció complicado quedarse fuera cuando Zhdanov vino a dejar caer que la URSS ya había entrado en contacto con varios gobiernos para lanzar el programa por iniciativa propia si no era adoptado. Fue adoptado, aunque sólo por dos votos de diferencia. La histórica declaración WHA11.54 de la Organización Mundial de la Salud recogía el plan de Zhdanov al completo, con algunas modificaciones secundarias, y a partir de 1959 comenzó a implementarse.

Se formaron asistentes sanitarios en todos los países para llevar la campaña de erradicación hasta el último rincón del mundo. Los médicos de Zhdanov y otros miles más se repartieron por todos los continentes, islas e islotes hasta asegurarse de que llegaban a todas partes. Y el plan del doctor Zhdanov funcionó. Lo que, probablemente, le convierta en el mayor salvador de vidas –y ojos– infantiles de la historia de la humanidad.

La perseverante misión del doctor Henderson.

Fueron muchas las personas de todas las naciones que participaron en el plan Zhdanov de la OMS para erradicar definitivamente la viruela del planeta Tierra. No pudo ser en cinco años, pero sí en quince. Entre todas estas personas destaca otro médico, en este caso estadounidense: el doctor Donald Henderson. Donald Henderson, un epidemiólogo, fue el jefe del programa de erradicación según el plan Zhdanov a partir de 1967; en esos momentos, todavía morían dos millones de personas de viruela al año. Y recorrió el mundo entero palmo a palmo como quien dice, hasta asegurarse de que no quedaba ni un solo caso de viruela en ningún lugar.

Durante el brote epidémico de 1974 en la India –el peor del siglo XX, que hizo pensar a muchos que el plan Zhdanov estaba fallando–, Henderson lo consideró una oportunidad única para golpear al corazón de la viruela en su guarida más profunda y endémica, donde se consideraba un hecho natural de la vida. Echaron el resto. A finales de año, el médico norteamericano declaraba desde Nueva Delhi:
'Si el interés y la preocupación por terminar con la viruela pueden mantenerse durante los próximos meses, está hecho. No creemos que estemos siendo demasiado confiados. En torno a junio de 1975, esperamos haber acabado con la viruela en Asia.'

Fue en octubre. En octubre de 1975, una niña bangladeshí de dos años de edad llamada Rahima Banu se convertía en la última víctima natural de viruela mayor en el mundo (y sobrevivió). En 1977, uno de los muchos vacunadores temporales africanos llamado Ali Maow Maalin se contagió de viruela menor durante un viaje a una aldea remota donde le habían dicho que había dos niños con la enfermedad, pero sobrevivió también. En 1978, la fotógrafa médica Janet Parker se infectó con una muestra en la Universidad de Birmingham, pereciendo poco después; el médico responsable, el profesor Henry Bedson, se suicidó a continuación.

Y nunca más. Se acabó. La viruela había sido erradicada de la faz de la Tierra. Nuestro viejo enemigo, la Variola Rex, ya no era más. Incontables generaciones futuras estaban a salvo por fin.

Atlanta, Novosibirsk.

Actualmente, se conservan (al menos legalmente) dos únicas muestras de viruela en el mundo entero. Ambas se encuentran en los niveles más profundos de dos laboratorios con nivel de bioseguridad 4: el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EEUU) y el Instituto VECTOR de Novosibirsk (Rusia). Ha habido diversas iniciativas para destruirlas también, sobre todo ahora que ya no se vacuna a nadie contra la viruela debido a que es innecesario; eso significa que un nuevo brote –por accidente o en un acto de guerra biológica– podría afectar gravemente a muchísima gente, sobre todo gente joven.

La verdad es que, pese a su peligrosidad, la viruela no es un candidato óptimo para la guerra biológica debido a tres razones: su limitado tiempo de supervivencia fuera de entornos favorables al virus, la inexistencia de reservorios paralelos al propio ser humano y la probabilidad cierta de que la infección se extienda incontrolablemente, dañando así también al atacante; por otra parte, resultaría bastante fácil y rápido inocular a la tropa y a la población como ya se hizo para erradicarla. Estas características dificultan su militarización, dispersión, control y efectividad. No es imposible superarlas, y además hablamos de un virus con extensas posibilidades de modificación genética, pero desde luego existen alternativas mejores.

Por si sirve de ejemplo, en 1972 se produjo el último brote de viruela en Europa, seis años antes de su erradicación final en todo el mundo. Ocurrió en la Yugoslavia del mariscal Tito, donde la enfermedad ya se había extinguido tiempo atrás: un albanokosovar musulmán se fue de peregrinaje a alguna ciudad santa islámica y algo más tuvo que hacer aparte de peregrinar, porque volvió con una estupenda viruela mayor (en aquella época era ya también rara en los países árabes). El caso es que a su regreso contagió a un total de 175 personas, lo que produjo 35 defunciones.

La respuesta del gobierno yugoslavo fue instantánea y radical. En cuanto tuvieron conocimiento del problema, entraron en contacto con la Organización Mundial de la Salud (primer acierto: no ocultarlo, sino anunciarlo y pedir ayuda); declararon la ley marcial y la cuarentena allá donde aparecía un caso (segundo acierto: compartimentar el avance de la enfermedad); y re-vacunaron rápidamente a toda la población por si las moscas, empezando por los colegios y centros de trabajo pero terminando por todo el mundo (tercer acierto: bloquear e imposibilitar su extensión). En siete semanas y pico la viruela había desaparecido otra vez de Yugoslavia, en esta ocasión para no regresar jamás.

Si hoy en día 'hay mucho cáncer' y esas cosas que se dicen, es porque ya no nos morimos de casi ninguna otra cosa y hay que esperar a que nos mate algo que aún no hayamos dominado completamente. Sobre todo, ya no nos morimos de niños como chinches. El país del mundo con la peor tasa de mortalidad infantil del presente (Sierra Leona, 160,3 por mil) tiene la mitad de la que había en el corazón de Europa o cualquier otro lugar del planeta hace doscientos años. Y la vacunación, junto a la seguridad alimentaria y del agua, es la gran protagonista de esta obra maravillosa que aún debemos completar.
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