Saint Augustine is crying and in complete turmoil. He throws himself on the grounds and begs for God’s assistance. In a state of weeping, bitter contrition Augustine hears a child’s voice from a nearby house say, in a sing-song way, “Take it and Read it” Augustine, taking it as a sign, opens the nearest book, which was Paul’s letter to the Romans and reads. Says Augustine, “it was as though my heart was filled with a light of confidence and all the shadows of my doubt were swept away.”
Saturday, June 11, 2011
La conversión de Bernard Nathanson
© 1995-1996 Revista de crisis
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Una fría mañana de enero de 1989, Bernard Nathanson, famoso judío
abortista convertido de ateo en defensor de la vida, comenzó a considerar en serio la noción de Dios. Siete años más tarde, gracias a un persistente sacerdote del Opus Dei, Nathanson, de sesenta y nueve años de edad, médico, autor de Aborting America y The Abortion Papers, se está convirtiendo en un Católico romano.
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Aunque los provida le han tenido en sus oraciones durante bastante tiempo, Nathanson seguía siendo considerado como un pez gordo por pescar. Único en la profesión médica por haber hecho público un giro sobre la cuestión del aborto en el decenio de 1970, había sido consciente de ser un objetivo espiritual durante casi una década.
'Yo no era indiferente a que el tiempo avanzaba' dice ahora. Pero entonces, no se dejaba atrapar por la desesperación, el despertar a las 4 o 5 de la mañana, mirando en la oscuridad o la lectura de Confesiones de San Agustín, junto con otros intelectuales: Dostoievski, Tillich, Kierkegaard, Niebuhr, Lewis Mumford, y Waldo Frank, lo que él denomina la 'literatura del pecado'. Según leía y ponderaba, el médico se daba cuanta de que su desánimo tenía que ver con eso, un examen de que había practicado 75.000 abortos y había ayudado a modelar el
paisaje a partir del que surgió el caso Roe contra Wade en 1973. Dieciséis años más tarde, no podía escapar del diálogo interior que obsesionaba y acusaba y, a continuación, señalaba la cuestión central de Albert Camus en el siglo XX: Si o no a cometer suicidio. Un
abuelo y su hermana habían seguido esta vía; su padre lo había intentado.
A lo largo de enero llegó la fatídica mañana en una Clínica de Planificación Familiar en Manhattan, Lower East Side, donde fue testigo de 1200 manifestantes de Operación Rescate abrazándose, cantando himnos, sonriendo a la policía y los medios de comunicación.
Nathanson, que ya era bien conocido por la fundación de la Liga Nacional de Acción por el Derecho al Aborto en 1968, y la supervisión de la clínica de aborto más grande del mundo cuando la llegada de la ecografía en 1970 cambió sus ideas para siempre sobre el tema. Estaba escribiendo un artículo de revista sobre la moralidad de los bloqueos a las clínicas. Se mezcló con los manifestantes, haciendo entrevistas, tomando notas, observando las caras.
'Fue sólo entonces', escribe en su nuevo libro, La Mano de Dios,
'que asimilé la exaltación, el amor puro en el rostro de
la masa temblorosa de personas, cuando fueron rodeados por cientos
de policías de la ciudad de Nueva York. 'Escuché que oraban por los no nacidos, las mujeres que querían abortar, los médicos y enfermeras de la clínica, la policía y los periodistas que cubrían el evento.
'Ellos oraron por otros, pero nunca por sí mismos', escribe.
'Y me pregunté: ¿Cómo pueden estas personas dar de sí mismos para entregarse por unos intereses, que son (y siempre lo serán) mudos, invisibles y no pueden darles las gracias a ellos?
'Fue sólo entonces', añade, 'que comencé en serio a preguntarme por la
indescriptible Fuerza que les impulsaba a esta actividad. También ¿por qué estaba yo allí? ¿Qué fue lo que me llevó a este momento y lugar? ¿Fue la misma fuerza que les permitía sentarse tranquilos y sin miedo en el epicentro del caos jurídico, físico, ético y moral? '
Impulsado por una compulsión intelectual a obtener más información, Nathanson cambió su material de lectura. Su cambio fue de si 'si';
a 'cuando'. Se sumergió en la lectura de Malcolm Muggeridge, Walker Percy, Graham Greene, Karl Stern, CS Lewis, Simone Weill, Richard Gilman, Blaise Pascal, y el cardenal Newman, todos los cuales habían seguido el camino que estaba considerando.
Para entonces ya había llegado a conocer a John McCloskey, un sacerdote del Opus Dei con sede en Princeton con un doctorado en teología y una reputación intelectual de ayudar a los solicitantes.
'El había escuchado que yo estaba rondando la religión católica,' dice el médico. 'Se puso en contacto conmigo y empezamos a tener conversaciones semanales. Venia a mi casa y me daba material de lectura. Él me guió por el camino a donde estoy ahora. Le debo más que a nadie. '
Aparte de McCloskey, la mayor influencia en Nathanson fue Karl Stern, un psicoanalista de renombre mundial que fue uno de sus profesores en la década de 1940 en la Universidad McGill de Medicina Universidad en Montreal. Stern se había convertido del judaísmo ortodoxo al catolicismo en 1943 y posteriormente, hizo una crónica de su viaje espiritual en su libro Pilar de fuego. Nathanson nunca supo de esto hasta 1974, cuando descubrió una copia del libro de Stern. Nathanson volvería a este libro una y otra vez, fascinado con la forma en que Stern podía utilizar su brillante mente para abrazar la fe y adoptar como su heroína a Teresa de Ávila, una doctora de la Iglesia. A Nathanson le parecía que el comportamiento de Stern era exquisitamente sensible a las dudas y preguntas de los intelectuales con la forma en que luchaban por cuanto permitir a la razón, cuanto a la fe.
Para entonces, Nathanson había participado en el aborto de casi treinta años, que comenzó en 1945, cuando persuadió una novia embarazada de abortar a su hijo, que dice, 'sirvió de incursión en
el satánico mundo del aborto'. 'Años más tarde, dejó embarazada a
otra mujer que abortó a su propio hijo. El dirigía la clínica más grande de abortos del país en Nueva York.
'¿Cómo es poner fin a la vida de su propio hijo?' él escribe en el libro. 'He abortado los hijos no nacidos de mis amigos, mis colegas, conocidos ocasionales, incluso mis profesores. Nunca hubo una pizca de inseguridad, nunca una vacilación en la suprema confianza en mi mismo de que yo estaba haciendo un gran servicio a los
que me buscaban.'
Sin embargo, su confianza fue vacilante a principios del decenio de 1970. Los ultrasonidos, una nueva tecnología, fueron dejando claro que lo que estaba en el útero
podía chuparse el dedo pulgar y hacer otras cosas como un ser humano y por tanto, Nathanson comenzó a distanciarse primero de la clínica y a continuación, de los abortos en general. En 1984, estrenó una película, El grito silencioso (Silent scream), que mostraba una ecografía de un niño siendo abortado.
El estreno de este tipo de película apoyada por un cofundador de NARAL le dio credibilidad e hizo sensación. Los provida se apresuraron a verla; los abortistas repudiaron su ex-aliado.
Nathanson no era un ángel de la luz. Ya había roto el Juramento hipocrático, que prohíbe los abortos; falló en la crianza de su hijo, Joseph, ahora de treinta años, y fue arrastrándose
a través de su segundo y tercer matrimonio. El divorcio de su tercera esposa, Adelle, era a finales de esa primavera.
Por un tiempo, intentó una terapia, libros de autoayuda, asesoramiento y espiritualidades desde Teosofía a Swedenborgianism mientras
la búsqueda de su judaísmo era inadecuada en el mejor caso. A excepción de su primer matrimonio con una ceremonia judía y de recibir a su hijo en el bar mitzvah, no había funcionado desde poco después de su adolescencia como Judío. Todavía fue a hablar con dos rabinos, uno ortodoxo y el otro Conservador, sobre sus dudas.
'Estaba buscando una manera de lavar mis pecados', dice. 'No hay un mecanismo formal para hacerlo en el judaísmo. Se pueden reparar
los pecados, al igual que en Yom Kipur, pero eso no le exime a usted. Eso no es condenar esa religión, pero no acabo de encontrar en ella lo que me era necesario '.
Otro rabino ortodoxo, David Lapin, fundador de la isla de Mercer, se pregunta si alguna vez Nathanson entendió su fe judía.
'La expiación es la acción que lleva a la absolución', dice, 'y
absolución sólo se concede durante el Día de la Expiación. Luego
son las medidas adoptadas a lo largo del año, que incluyen el rechazo del mal y la determinación de no repetir de nuevo. '
Puede haber una razón más profunda para Nathanson para el desencanto, conjetura el rabino, que tenga que ver con el alto número de Judios que participan en el negocio del aborto. Nathanson ha escrito sobre el alto porcentaje de abortistas judíos. La nueva líder nacional de
Planificación de la Familia (Planned Parenthood), que comienza en junio es Gloria Feldt, una Judia:
'Creo que la conversión de Bernard Nathanson al catolicismo es impulsada no por deficiencias en la teología judaica que no creo que conociera, sino por un profundo deseo de poner distancia
con la fe cuya ala secular ha adoptado el aborto con fervor ', dice Lapin.
'Y no hay duda sobre ello. El columnista del Boston Herald Don
Feder señala que casi la mitad de las organizaciones religiosas
que apoyan el aborto son judías a pesar de que los judíos son el 2,3 por ciento de la población de los EE.UU., y no el 50 por ciento. La comunidad judía está desproporcionadamente representada en el movimiento pro-aborto. Esta defensa del aborto no es expresión del judaísmo. Se trata de un rechazo a Dios y el rechazo al núcleo religioso del judaísmo, y en esos términos entiendo por qué
Bernard Nathanson tenido que buscar otra fe.'
Nathanson también sentía que él tenía que buscar algo que tuviera la
estructura teológica que necesitaba para hacer frente a su pecado. El crepúsculo de la vida se acercaba con su sentencia inminente e inexorable, y el médico se impresionó ante la idea de dar vueltas y vueltas en uno de los siete círculos del infierno de Dante.
'Sentí la carga del pecado cada vez más pesada y más insistente', él
escribe. 'Tengo tanto equipaje moral para arrastrar en el otro
mundo que no creer me condenaría a una eternidad
tal vez más aterradora que cualquier cosa que Dante haya imaginado en su celebración de la caída y redención de la Pascua. Tengo
miedo'.
Comenzó a buscar un sistema que siempre tuviera espacio para la culpabilidad y pudiera asegurarle que 'alguien murió por mis pecados y mi maldad hace dos milenios'.
'El Nuevo Testamento es un Dios amoroso, que perdona, incomparablemente tierno, figura en quien buscar y, en definitiva, encontrar el perdón que he perseguido desesperantemente, durante tanto tiempo. '
McCloskey, ahora de 42 años de edad, tenía la mitad de la edad de Nathanson cuando se reunió con el médico hace nueve años y estaba muy contento de ayudar a lo largo del camino. El bien preparado sacerdote era intelectualmente un igual de Nathanson, capaz de discutir todo, desde los filósofos judíos medievales como Spinoza a Etienne Gilson, un filósofo francés del siglo XX a medida que Nathanson luchaba con sus propias preguntas.
'Él es receptivo, escucha, y habla la lengua de la razón y la erudición, 'dice Nathanson de su instructor.' Él es empático con alguien como yo, que busca la fe, pero todavía quiere razón - un idioma difícil de hablar simultáneamente.
'Necesitaba la fe, pero necesitaba la razón para que me impulsase. La razón fue una red de seguridad para el salto a la fe', dijo, tomando prestado el término de Kierkegaard. 'Usted puede quitar la red, pero sólo después de haber dado el salto '.
Nathanson quedó igualmente fascinado con Lucas el evangelista, que
además de ser un médico también es un historiador creíble del primer siglo. Leer a Lucas y el libro de los Hechos (Acts) fue esencial para el lento cambio de Nathanson al cristianismo según iba comprendiendo el punto de vista de Lucas de que cosas increíbles, tales como la resurrección física de los muertos fueran posibles, y que realmente habían sucedido.
'Se requiere verdadero valor para admitir no sólo que uno está equivocado, sino que está terriblemente equivocado', dice McCloskey'. Él es un hombre de buena voluntad y un hombre interesado en la búsqueda de la verdad no importa lo que cueste. Creo que ha estado haciendo una enorme penitencia a favor de la causa pro-vida desde fines de los 70 cuando cambió de ideas. En un sentido humano, ha estado haciendo la reparación. La cruz de Jesucristo y el sacramento del bautismo lava cualquier culpa y castigo temporal por sus pecados. Una vez que está bautizado, es un hombre diferente. Esa es la esencia del cristianismo '.
Desde entonces Nathanson se ha tomado un año para asistir a cursos en el Instituto Kennedy de Ética en la Universidad de Georgetown. A continuación, escribió el libro, flotando a través del cual hay referencias ocasionales a su nuevo amor: Jesucristo, en contraposición a su viejo amor: él mismo. Él está considerando la posibilidad de cambiar su trayectoria pofesional y acceder a un
puesto docente en un hospital, posiblemente uno católico. Allí
son varias las ofertas. Él asiste a una parroquia del distrito Manhattan Chelsea donde pronto él estará ante la pila bautismal y
renunciará para siempre al mundo, la carne y el diablo.
'Voy a estar libre de pecado', dice. 'Por primera vez en mi
la vida, voy a sentir el calor y el refugio de la fe '.
Julia Duin es la editora de cultura de la página The Washington Times."
Fr. McCloskey on being a "fisher of men", five steps in evangelizing effectively
In a piece titled, "Conversion: What's the Key?", National Catholic Register reporter Victor Gaetan writes about the evangelistic efforts of Opus Dei priest Fr. C. John McCloskey, co-author (with Russell Shaw) of Good News, Bad News: Evangelization, Conversion, and The Crisis of Faith (Ignatius Press, 2007; also available as an e-book):
Many Catholics — despite seeing the abundant gifts offered by adult converts — are comfortable letting overburdened priests, RCIA staff and the Holy Spirit serve as frontline “fishers of men.”
Father C. John McCloskey, a priest of the personal prelature of Opus Dei for the past 30 years, is considered one of the Church’s most accomplished “fishers of men.” He has guided dozens of people into full communion with the Catholic Church, including high-profile figures such as federal Judge Robert Bork, Kansas Gov. Sam Brownback, Gen. Josiah Bunting III, economist Larry Kudlow, former abortionist Bernard Nathanson and columnist Robert Novak.
“People are looking for the truth and the happiness that the truth can give,” observed Father McCloskey. “These people, although successful — many, very successful — still found emptiness in their lives. The answer is a man named Jesus Christ.”
“I just happen to have been the right man at the right time to help guide them,” said the priest.
In his book Good News, Bad News: Evangelization, Conversion, and the Crisis of Faith (Ignatius, 2007), Father McCloskey calls on us all to evangelize with zeal and respect for others. He reminds us that Vatican II assigns the laity two tasks: “seeking holiness and extending the Kingdom of God on earth through family life, friendship, work, study — in a word, through apostolate.”
Although he says he is “just an instrument and God uses me,” such a productive instrument must have some rules of thumb for evangelizing. He does.
The piece goes on to discuss the five direct steps Fr. McCloskey recommends for witnessing to the Faith.
Here is the introduction to Good News, Bad News:
And here is an interview with co-author Russell Shaw:
Related Ignatius Insight Excerpts and Articles
• Evangelization 101: A Short Guide to Sharing the Gospel | Carl E. Olson
• Evangelization & Imperialism | Carl E. Olson
• Evangelizing With Love, Beauty and Reason | Joseph Pearce
• The History and Purpose of Apologetics | An Interview with Avery Cardinal Dulles, S.J.
• Love Alone is Believable: Hans Urs von Balthasar's Apologetics | Fr. John R. Cihak
• "Be A Catholic Apologist--Without Apology" | Carl E. Olson
• Objections, Obstacles, Acceptance | An Interview with J. Budziszewski
Chesterton o cómo descubrir la realidad
La figura de Gilbert K. Chesterton es inmensa en todos los sentidos. Años después de su muerte, un famoso escritor que lo escuchó en una de sus conferencias en la BBC, lo describía alejándose solitario por la calle tarareando una canción con aire distraído –y efectivamente distraído– balanceando su enorme cuerpo “como un galeote de Lepanto después de la batalla”. Fuera de toda comparación física o metafórica… ¿cómo puede explicarse la grandeza de esta ilustre figura de la literatura del s. XX como persona, como pensador, como escritor, como hombre…?
Sería demasiado ambicioso querer resolver esta cuestión de un plumazo, porque exige una respuesta casi tan grande, o mayor incluso, que la misma pregunta. Puestos a simplificar la dificultad con una respuesta satisfactoria, uno de los aspectos que habría que destacar es lo que llamaríamos “descubrir la realidad”. Y esto, no porque sea lo más importante o la principal aportación de este eminente autor, sino porque es lo primero. El primer paso siempre tiene su toque especial: es trascendental para el resto del camino. Nadie puede llegar al final y ver todos los frutos que ha cosechado a lo largo de su peregrinar sin haber dado ese primer y trascendental paso.
La propuesta de Chesterton es la de tomar en serio la realidad en su integridad, empezando por la realidad interior del hombre, y disponer confiadamente el intelecto purificado de ambages y prejuicios ideológicos. Es decir ver las cosas con sencillez y actuar siguiendo el sentido común. En sus escritos es capaz de tratar cualquier realidad (desde realidades físicas sencillas y cotidianas como un trozo de tiza, un paseo por el campo o un sombrero, hasta realidades espirituales como la fe o la conversión) con una claridad e incisividad libre de todo exceso sentimentalista o moralista. Y esto se deriva de la atenta lectura de la realidad que hace Chesterton y de su capacidad de interpretarla guiado por esa sabiduría profundísima, tan poco valorada y tan escasa, del sentido común. 'El mundo moderno ha sufrido una caída mental mucho más consistente que la caída moral'. Este es el punto. Antes de atacar cualquier vicio o idea descarriada, Chesterton ataca el fallo en la visión: el primer paso está dado en falso. Se avanza con una concepción equivocada de la realidad, que es la base de todo error que se levante sobre ese primer paso mal dado.
Por esto lo primero que se puede aprender del gran Chesterton es esto: descubrir la realidad. Al leer cualquiera de sus escritos uno queda impregnado por esa visión tan lógica y clara, novedosa para muchas mentalidades. La visión que te muestra la realidad con sencillez, tal y como es. Para muchos es un descanso y para otros muchos el leer a Chesterton es pura higiene mental.
How to kill the myth of Hitler’s Pope
My thanks to all those who contributed to my earlier blog about Pius XII and the Holocaust. There were some informative and helpful posts. Indeed, as a result of one of them I was prompted to watch the interview with Sir Martin Gilbert. An authority on Churchill as well as the Holocaust, Gilbert also happens to be Jewish. He was in no doubt that Pius XII did everything he possibly could to save Jewish lives. In a kindly, but completely authoritative way, Gilbert dismissed the play by Hochhuth (translated as The Deputy) as a work of polemical fiction, which made no attempt to present the documentary evidence that existed. “I didn’t find the Hochuth play historical in any way,” he concluded.
Asked by the interviewer about John Cornwell’s book, Hitler’s Pope, Gilbert dismissed it out of hand; the title deliberately “sets the reader on a certain course”. He added that he also felt “quite offended by the cover” which purports to show Pius being saluted by Nazi officers – when in fact the photo was taken during the Weimar Republic at the time that he was papal nuncio.
I was mulling over all this when the Telegraph dropped through the letterbox (I confess we are not a Guardian household). It had an item, illustrated with the same mischievous photo, and the headline: “Hitler’s Pope saved thousands of Jewish lives.” A new claim that Pius XII may have arranged the exodus of about 200,000 Jews from Germany after Kristallnacht has been made by Dr Michael Hesemann, a German historian carrying out research in the Vatican archives. Sir Martin Gilbert himself, described as “a British historian and the world’s leading expert on the Holocaust”, is quoted as saying that the Pope should be considered as a “Righteous Gentile” by Yad Vashem, the Israeli Holocaust remembrance authority. All this is covered more fully in Simon Caldwell’s report so I won’t comment further, except to say that what Gilbert indicated during the interview mentioned above, viz that the more material that comes to light, the more it will vindicate Pius XII, seems to be confirmed.
A final remark before I move on to other, even more contentious topics (such as “Is Christopher Hitchens a secret Catholic?”): it is a mild and charitable suggestion that would kill the myth of Hitler’s Pope once and for all. Harold Bloom, professor at Yale and a great Shakespeare scholar, is on public record as saying that he would like to buy up all the copies of his one attempt at novel-writing that are still lurking on public bookshelves somewhere in the world – and bin them. He is dead right in his critical judgment. I have tried reading this novel, called A Gnostic Fantasy, and found it – well, completely unreadable. Could John Cornwell take note of this laudable aspiration? If you want to completely destroy the reputation of a good, even saintly man, you could not do it more devastatingly than by inventing a title like “Hitler’s Pope”. “Mao’s Pope” or “Stalin’s Pope” don’t come near the depth or force of this slur. And Bloom didn’t pretend his novel was anything other than fiction.
"West’s Aids strategy is a failure, says new report
Millions of people are dying from Aids because western governments will not accept that condoms are ineffective in curbing the spread of the disease, a forthcoming report by the Catholic Church claims.
Evidence shows that rates of infection have risen most sharply in those countries which have been flooded with condoms, says the report, because they encourage promiscuity. But rates have fallen in the few places that have encouraged monogamy and fidelity among married couples, it says.
The report, The Catholic Church and the Global Aids Crisis, cites research estimating that if, instead of condoms, fidelity and abstinence were promoted across sub-Saharan Africa some six million new infections would have been averted in less than a decade, with four million fewer Aids orphans created. Such programmes might have saved 3.2 million lives in South Africa alone from 2000 to 2010, and prevented 80 per cent of HIV infections in the hardest hit areas of the continent, the report says.
“The overwhelming body of epidemiological evidence tells us that we have very little to show for all the investments in risk reduction measures, despite assurances that they were the indispensible solution to the problem,” said the author, Matthew Hanley, an American public health expert who has worked on HIV prevention programmes in Africa. “Many would be surprised to learn that condoms … have not delivered as promised in the fight against Aids.
“They have, quite simply, not accounted for declines in HIV prevalence that their advocates had expected. Though condoms have been the priority intervention, and been promoted time and time again, they have a rather poor track record in general – for Aids in Africa as well as a range of other sexually transmitted infections in the West. Quite simply, each of Africa’s declines in Aids rates are most attributable to … changes in sexual behaviour – especially fidelity or what the public health community sometimes calls ‘partner reduction’.”
Since HIV/Aids was first identified in 1981 has infected an estimated 65 million people and killed 25 million of them. About 33 million people are living with the disease today.
Mr Hanley said that condom campaigns failed because they were susceptible to the phenomenon of “risk compensation” in which people who used them tended to be more promiscuous than those who did not.
He says that because condoms have a failure rate, even with “perfect” use some 12,000 infections are expected from every million people.
But the infection rate is in reality much higher, he claims in the report to be published next month by the London-based Catholic Truth Society, because people frequently use condoms either imperfectly or inconsistently.
Mr Hanley said that similar rates of failure and infection also exist in high risk groups in countries like Britain who are “knowledgeable about condoms and could not be more motivated to use them”.
But western governments continue to contribute to the spread of Aids because of their ideological commitment to “absolute sexual freedom” and a “billion dollar industry” in manufacturing and marketing condoms, he said.
“To suggest that people should limit their sexual behaviour is to cross the cultural Rubicon,” he said.
“Even officials to whom the public health is entrusted dare not contradict the prevailing ideological orthodoxy of modern western culture.”
The report provides evidence to show that Uganda saw a 10 per cent drop in the number of people with Aids between 1991 and 2001 after investing in abstinence programmes.
The rates of infection began to climb again when foreign donor agencies insisted on a family planning component in aid packages.
Pope Benedict XVI was severely criticised after he publicly doubted the efficacy of condoms to combat Aids during a visit to Cameroon in 2009. Among the few public figures to defend him, however, was Professor Edward Green, an adviser to US President Barack Obama and the director of the Aids Prevention Research Project at Harvard University.
“The best evidence we have supports the Pope’s comments,” said Dr Green.
Last year, the British government announced proposals to “hard-wire” family planning services into its overseas development programmes.
Andrew Mitchell, International Development Secretary, said that the Government planned an “unprecedented focus” on family planning in the poorest countries of the world.
A three-day conference on Aids held in Rome was preceded by an article in L’Osservatore Romano, the Vatican newspaper, last week, also claiming that condoms were ineffective in combating the spread of the disease. The conference focused largely on how to change life-threatening behaviour patterns instead.
"Allied diplomats urged Pius XII to stay silent about Nazi deportations
US and British diplomats discussed exerting pressure on Pope Pius XII to be silent about the Nazi deportations of Hungarian Jews, according to newly discovered documentation.
The British feared that the wartime pope might make a “radio appeal on behalf of the Jews in Hungary” and that in the course of his broadcast would “also criticise what the Russians are doing in occupied territory”.
Sir Francis D’Arcy Osborne, the British ambassador to the Vatican, told an American diplomat that “something should be done to prevail upon the pope not to do this as it will have very serious political repercussions”.
Osborne’s comments were made to Franklin Gowen, an assistant to Myron Taylor, the US special representative to the Vatican.
Gowen recorded the conversation in a letter to Taylor, saying he had promised Osborne that he would bring his concerns to the “immediate attention” of the US ambassador.
“It was understood that, pending your reaction, he would not take any steps vis-a-vis the Holy See,” Gowen told Taylor.
In the letter, Gowen also said that Mgr Domenico Tardini, the Vatican assistant secretary of state, had told him 10 days earlier that Pope Pius would not “make any radio appeal because if he did so he would, in fairness, to all have to criticise the Russians”, a member of the Allies.
He said he withheld this information from Osborne in the belief that it would be best for Taylor to impart it himself following a meeting with Pope Pius scheduled the day after the letter was written.
The letter was dated November 7, 1944, as the Nazis were organising mass deportations of Jews from Budapest, the Hungarian capital, to death camps in Poland, Austria and Germany.
Rome had been liberated by the US Fifth Army the previous June and, with the Vatican behind Allied lines, the pope had more freedom to speak out.
But as the head of a neutral state, he understood that he could not condemn the war crimes of one side without condemning those of the other.
However, on November 19 – less than two weeks after Gowen wrote his letter – the Vatican joined the neutral states of Spain, Portugal, Switzerland and Sweden to appeal to the Hungarian government to end the deportations.
The British Jewish historian Sir Martin Gilbert, an internationally recognised expert on the Holocaust, said in his 2002 book, The Righteous: The Unsung Heroes of the Holocaust, that at that time the Catholic Church in Budapest was hiding 25,000 Jews in homes and religious institutions.
Simultaneously, the Red Army of the Soviet Union was advancing westward across Europe and killing and raping many innocent people as it was driving Adolf Hitler’s armies into retreat.
Gowen’s letter was made public for the first time by the New York-based Pave the Way Foundation, which is conducting research into the actions of Pope Pius, assisted by a US Catholic lawyer, Ronald Rychlak; German historian Michael Hesemann; and a journalist, Dimitri Cavalli.
Gary Krupp, president of the foundation, told the American Catholic News Service that the Allies feared any condemnation of Josef Stalin’s armies “would work against the unified war effort of the Allies”.
He said the letter was significant because it showed the pressures that confronted Pope Pius, who has been criticised for his alleged silence in the face of the Holocaust.
“The simple reality, which seems to be ignored by many critics, is that the Vatican was a neutral government that used its neutrality to save thousands of lives,” said Mr Krupp.
Gowen’s letter was found by Rychlak among Taylor’s documents and has been posted on the Pave the Way Foundation website.
Another letter made public by the foundation discusses help for Jewish fugitives, with Osborne telling Harold Tittman, another of Taylor’s aides, that it must be destroyed because it might endanger the life an Italian priest who was rescuing Jews if it fell into enemy hands.
It was dated May 20, 1944, barely three weeks before Rome fell to the Allies and, according to the Pave the Way Foundation, shows how the work of rescuing Jews was conducted in secrecy, with most documentary evidence of such activities destroyed almost instantly.
"«¿Qué debo hacer para agradar a Dios?»
Preguntó uno al abad (san) Antonio: «¿Qué debo hacer para agradar a Dios?» El anciano le respondió: «Guarda esto que re mando: donde quiera que vayas, ten siempre a Dios ante tus ojos, en todo lo que hagas, busca la aprobación de las Sagradas Escrituras; y donde quiera que mores, no cambies fácilmente de lugar. Guarda estas tres cosas y te salvarás». - Apotegmas de los Padres del Desierto, 1.
A thought by Thomas Merton
Every moment and every event of every man’s life on earth plants something in his soul. For just as the wind carries thousands of invisible and visible winged seeds, to the stream of time brings with it germs of spiritual vitality that come to rest imperceptibly in the minds and wills of men. Most of these unnumbered seeds perish and are lost, because men are not prepared to receive them; for such seeds as these cannot spring up except in the good soul of liberty and desire.
- Thomas Merton, OCSO (+1968), Seeds of Contemplation.
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