Saturday, December 3, 2011

"MATRIMONIO CONTRA VIENTOS Y MAREAS"


"MATRIMONIO CONTRA VIENTOS Y MAREAS"


No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda proporcionada a él"
(Gén 2, 7 20)

“Has encontrado tu Cruz.

Y es una Cruz para ser amada, para ser llevada, una cruz que no deberás desechar, sino querer tiernamente”...

... Ellos pronuncian su consentimiento y se juran fidelidad según el rito clásico propuesto por la iglesia.
Luego, los novios no se besan, sino que besan la Cruz.”

He leído algo muy interesante que me gustaría compartir con ustedes y saber qué les parece.

El libro se llama “Medjugorje, el triunfo del corazón” de Sor Emmanuel, y el artículo al que me refiero: “Matrimonios que resisten a vientos y mareas”. Transcribo algunas líneas:

“En la ciudad de Siroki Brieg (a 30 kms de Medjugorje), los registros de la parroquia no indican un solo divorcio entre sus 13.000 fieles. Desde tiempo inmemorial, ni una sola familia se ha destruido”.
Más adelante, sor Emmanuel nos relata lo que podría ser la clave de este curioso hecho:

“Cuando un joven se prepara para el matrimonio, no se le dice que ha encontrado a la persona ideal, al mejor partido. ¡No! ¿qué le dice el sacerdote?: “Has encontrado tu Cruz. Y es una Cruz para ser amada, para ser llevada, una cruz que no deberás desechar, sino querer tiernamente”.

Nos cuenta también parte de la ceremonia:

“En efecto, la novia pone su mano derecha sobre la Cruz; a su vez el novio pone la suya sobre la de su novia, y las dos manos se encuentran así reunidas sobre la Cruz, asentadas sobre ella. El sacerdote coloca entonces su estola sobre las manos de los futuros esposos. Ellos pronuncian su consentimiento y se juran fidelidad según el rito clásico propuesto por la iglesia. Luego, los novios no se besan, sino que besan la Cruz.”

Como pueden ver, este relato parece sacado de un libro de fantasía o de un escrito muy antiguo, pero está ocurriendo hoy, pese a que vivimos en un mundo alejado del mensaje Cristiano.

¿ Un matrimonio puede ser anulado ?

No jamás, ...
Si no hay libertad en alguna de las partes, el matrimonio es inválido.
Por esta razón (o por otras razones que hacen nulo e inválido el matrimonio [cf. CIC can. 1095-1107]), la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar "la nulidad del matrimonio", es decir, que el matrimonio no ha existido.

1626 La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable "que hace el matrimonio" (CIC can. 1057 §1). Si el consentimiento falta, no hay matrimonio.
1627 El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente" (GS 48,1; cf CIC can. 1057 §2): "Yo te recibo como esposa" — "Yo te recibo como esposo" (Ritual de la celebración del Matrimonio, 62). Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne" (cf Gn 2,24; Mc 10,8; Ef 5,31).
1628 El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cf CIC can. 1103). Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC can. 1057 §1). Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido.
1629 Por esta razón (o por otras razones que hacen nulo e inválido el matrimonio [cf. CIC can. 1095-1107]), la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar "la nulidad del matrimonio", es decir, que el matrimonio no ha existido. En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión precedente anterior (cf CIC, can. 1071 § 1, 3).
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c3a7_sp.html


En cambio, en la cruz de Cristo descubrimos el auténtico rostro de Dios, según las palabras que pronunció Jesús mismo: "Nadie conoce al Padre más que el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11, 27). En efecto, en la cruz de Cristo el rostro de Dios no pierde su grandeza y su misterio, pero se hace extraordinariamente cercano y amigo, porque es el rostro de Aquel que, en su propio Hijo, comparte hasta el fondo incluso el lado más oscuro de la condición humana.


Por eso, de la cruz de Cristo brotan una fuerza y una esperanza de redención sobre todo el sufrimiento humano: de este modo, el drama y el misterio del sufrimiento, que en el fondo son el drama y el misterio de nuestra vida, no son eliminados, pero ya no se nos presentan como algo oscuro y sin sentido.


Desde luego, ante Jesús crucificado desaparece cualquier pretensión nuestra de inocencia, cualquier veleidad de poder construir con nuestras manos un mundo justo y perfecto, pero no por esto nos vemos obligados a caer en el pesimismo y a perder la confianza en la vida. Mientras nos reconocemos criaturas frágiles y pecadoras, nos sentimos abrazados y sostenidos por el amor de Dios, que es más fuerte que el pecado y que la muerte, y somos capaces de descubrir, en nuestra vida diaria, incluso en los acontecimientos más pequeños, un significado extraordinariamente rico y pleno, pues no desaparecerá con el paso del tiempo, sino que dará fruto para la eternidad.


"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt 16, 24). Es lógico que estas palabras infundan temor; nos infunden incluso más temor a nosotros, hombres de nuestro tiempo, inclinados a ver en el sufrimiento sólo algo inútil y perjudicial. Pero precisamente este es nuestro error, que nos impide comprender no sólo el significado del sufrimiento, sino también el sentido de la vida.


Ante Jesús crucificado recordemos también estas otras palabras suyas: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso. (...) Porque mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30). Sí, la cruz de Jesús no deprime ni debilita. Al contrario, de ella brotan energías siempre nuevas, ...


Aconsejo también ver la película "Prueba de fuego" o leer el libro.

El divorcio es un atentado contra la sociedad, los padres y los hijos.

La mayor parte de los textos son de Katty Reyes De la Jara y David Gonzalez Silva a quienes agradezco su colaboración.

Voy a traducir este artículo al inglés, portugués y hebreo.

Rafael Ignacio Puras Abad


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