El 7 de Diciembre de 1941, la Flota del Pacífico de la Armada Estadounidense fue atacada en Pearl Habour, Hawai. Los daños sufridos, las más de 2000 bajas y la destrucción parcial de su única base en el Pacífico, obligaron a Estados Unidos a declarar la guerra al Imperio Japonés. La potencia asiática había intentado mermar con este ataque la capacidad militar americana en el Pacífico y facilitarn así una futura invasión de las colonias occidentales del Sureste asiático. Codiciaban sus recursos, especialmente el petróleo, pues Japón había sido sometido a un embargo por parte de las potencias europeas tras la Segunda Guerra Sino-Japonesa a finales de los años 30.
Estados Unidos se preparó para una guerra larga que tendría lugar en Europa y el Pacífico. Y se enfrentó al problema de la total ausencia de infraestructuras portuarias en este océano. Cualquier imprevisto, cualquier daño o avería que sufriera un buque de la marina americana supondría un serio problema. Así que tomaron la decisión de construir diques secos flotantes, que serían trasladados a puntos estratégicos. Esto permitiría desplegar su flota por el inmenso Pacífico, a miles de millas de Pearl Harbour.
Estos diques secos fueron clave en la victoria naval estadounidense. Sin ellos, la campaña habría sido insostenible. Fueron considerados USS, esto es United States Ship a pesar de no ser autopropulsados, y su denominación era ABSD, Advanced Base Sectional Dock. Se conocían como USS ABSD, seguidos de un número del 1 al 7 que indicaba en qué orden habían sido construidos. Las siete bases flotantes fueron distribuidas por el Pacífico, desde Papúa Nueva Guinea a las Nuevas Hébridas. Su construcción se llevó a cabo en astilleros americanos entre 1943 y 1945. Se fabricaron por secciones, posteriormente ensambladas tras haber sido remolcadas hasta su lugar de destino. Una vez finalizado este proceso de montaje, la capacidad de levantamiento nominal alcanzaba las 100.000 Toneladas. Sus dimensiones eran también descomunales: una longitud de casi 300 metros y una anchura de más de 40.
Para permitir la reparación de los buques de guerra, estas enormes estructuras flotantes eran parcialmente sumergidas. Una vez que la nave había alcanzado el dique, el agua era bombeada para que éste volviese a flotar. Así se permitía el trabajo en los navíos por debajo de su línea de flotación, del mismo modo que en cualquier dique seco. Era frecuente que más de cien personas tomasen parte en estas tareas de reparación. Los ABSD contaban con diferentes estancias, desde habitaciones para la tripulación hasta almacenes o centrales eléctricas. El ABSD 7 contaba incluso con defensas antiaéreas. Estos colosos flotantes constituían un universo casi autosuficiente.
El 14 de Agosto de 1945, el Imperio Japonés capituló. La Segunda Guerra Mundial había finalizado. Sólo una de las bases había sido hundida por un ataque japonés durante la campaña, la ABSD 4. Tras el fin de la guerra, el destino de los diques secos fue muy diverso. Pasaron a denominarse AFDB, Auxiliary Floating Drydock. Algunos fueron desmantelados en las décadas siguientes e incluso vendidos como chatarra. Otros siguen aún en activo, aunque sólo con una parte de sus secciones originales. Reliquias monumentales que muestran el extraordinario desarrollo de la ingeniería bélica en el siglo XX.
BLC
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